RIZOLISIS FACETARIA POR RADIOFRECUENCIA


¿Qué es?

La rizólisis (o rizotomía) es uno de los procedimientos más recomendados para mejorar el dolor lumbar (lumbalgia), el dolor dorsal (dorsalgia) o cervical (cervicalgia) que tiene su origen en las articulaciones posteriores de las vértebras o facetas. La técnica se basa en lesionar de forma selectiva los nervios que recogen la sensibilidad dolorosa de las facetas afectadas, y eliminar así el dolor que siente el paciente.



La lesión del nervio se produce mediante la aplicación de radiofrecuencia, que son un tipo de ondas electromagnéticas (pulsos eléctricos) totalmente seguras para la salud del paciente. La radiofrecuencia se aplica a través pinchazos en la región afectada de la espalda, con unas agujas especiales, largas y huecas. Guiadas con rayos X se colocan justo por encima de las facetas, donde se encuentra el nervio a lesionar.

¿Cómo se realiza la cirugía?

El procedimiento se realiza en quirófano, con el paciente boca abajo y anestesia local, para evitar las molestias de los pinchazos. Sin embargo, el paciente debe estar despierto para explicar al médico sus sensaciones. Antes de lesionar el nervio, el médico realiza una estimulación suave de prueba, y si el paciente explica que siente hormigueo o dolor en los brazos o piernas, el médico debe ajustar la colocación de la aguja, para evitar producir alteraciones en otras funciones neurológicas.

Generalmente, es de un procedimiento sencillo y rápido, unos 20 – 30 minutos, dependiendo del número de facetas a tratar. Tras la finalización del procedimiento el paciente pasará unas horas en observación, y si no hay incidencias se podrá ir a casa el mismo día. Es normal que tras salir del quirófano se pueda notar una sensación de adormecimiento u hormigueo por la zona tratada. La mayoría de pacientes pueden hacer una vida casi normal desde el primer día, pero se recomienda un reposo relativo las primeras 24-48 horas.

Los pacientes pueden presentar una mejoría del dolor lumbar inmediatamente después de la rizólisis. Sin embargo, muchos pacientes no notan de verdad el efecto beneficioso hasta pasadas una o dos semanas. El éxito de este tratamiento depende, además de la experiencia del médico que lo realiza, de un buen diagnóstico del origen del dolor. Para eso, es imprescindible evaluar de forma correcta los síntomas, llevar a cabo una exploración física y neurológica detallada, y realizar las pruebas de imagen adecuadas para cada paciente.

Para confirmar el diagnóstico y así determinar que el dolor tiene realmente su origen en las articulaciones facetarias (dolor facetario), un par de semanas antes, los médicos pueden realizar una infiltración o bloqueo diagnóstico anestésicos y aniinflamatorios. Si se obtiene una mejoría clara, se considera que ese paciente puede mejorar mucho con la rizólisis facetaria por radiofrecuencia. En caso contrario, se debe plantear otro tratamiento para el control del dolor.

Es importante saber que aunque la técnica esté bien realizada y el paciente haya notado una mejoría muy importante, su efecto puede disminuir con el paso tiempo y el dolor puede volver a aparecer. En este caso es posible plantear repetir el mismo tratamiento, ya que no existe un número limitado de veces que se pueda realizar. Sin embargo, no se puede asegurar que el resultado de la rizólisis vuelva a ser el mismo que las veces anteriores.

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